AURA MARIA RECUERDA A EVELYN

Bogotá, 15 de Junio de 2006

Hermanos de Corazón

Desde hace 5 meses he querido escribirles para ayudarles en este proceso de duelo, más cuando lo he intentado, siento tan propio el dolor de Ustedes como el mío propio, pues recuerdo y vivo la ausencia de mi madre, por eso no he podido llegar a ustedes para darles el apoyo y la solución al dolor tan grande que produce la ausencia de la madre que ya no volveremos a ver. Por que solo el tiempo sana el dolor del alma y cada uno a su manera logra superar tan hondo vacío y acepta la orfandad en que hemos quedado. (Ustedes me entienden).

Pero sepan que yo he sentido su dolor y los he acompañado de corazón, a todos y cada uno de ustedes, en su trayecto por esta nueva dimensión de “la pérdida del ser que nos amó incondicionalmente”, ese amor de nuestras madres tan fortaleciente, para que hoy en día podamos seguir viviendo. Somos afortunados por que tuvimos una madre que nos amó con toda el alma. Ese inmenso amor es el que nos fortalece y nos ayudará a soportar su partida. Ellas están felices en el cielo, con los se fueron antes y con Dios. Nuestras madres entienden nuestro dolor, nuestro sufrimiento, y son felices cuando nos ven bien, alegres, luchando en la vida por salir adelante, amando a nuestras familias y dejándoles a nuestros hijos lo que hemos heredado de ellas el tesoro más valioso EL AMOR...

Sepan que los quiero muchísimo y que sus lágrimas y sus alegrías hacen parte de mi vida.

Con amor,

Aura María.