Los tiempos nos ayudan a convivir con nuestras vivencias, también con nuestros recuerdos más íntimos y personales. Ya hacen parte de nuestras vidas, de nuestros tejidos, de nuestro ser. Parte integrante de lo que somos. Así asumimos el día a día, nuestro paso por el mundo, así compensamos nuestras apreciaciones y sensaciones de lo vivido. Miramos con los ojos calmados y serenos una realidad inamovible, Evelyn ya no está aquí de cuerpo presente. No podemos modificar tal circunstancia pero si nuestro estado interior. Recibimos las ventajas del paso del tiempo y nos creamos un inmenso remanso de paz espiritual, que nos permite estar ahora más y más tranquilos. No sabíamos bien lo que suponía estar sin ella. Ahora lo sabemos en carne propia. Nos hace pensar que desde siempre deberíamos estar más preparados para soportar esta inevitable naturaleza. Desde el comienzo de los tiempos sabemos que vamos a morir y no somos tan conscientes de esto. Nos ocultamos a nuestros designios y pagamos el alto precio ante la sorpresa. Ya sabemos que Evelyn se murió y nos aliviamos al saber que son los designios, nos consolamos con los buenos recuerdos y con llevarla en el alma.
8 comentarios:
Los tiempos nos ayudan a convivir con nuestras vivencias, también con nuestros recuerdos más íntimos y personales. Ya hacen parte de nuestras vidas, de nuestros tejidos, de nuestro ser. Parte integrante de lo que somos. Así asumimos el día a día, nuestro paso por el mundo, así compensamos nuestras apreciaciones y sensaciones de lo vivido. Miramos con los ojos calmados y serenos una realidad inamovible, Evelyn ya no está aquí de cuerpo presente. No podemos modificar tal circunstancia pero si nuestro estado interior. Recibimos las ventajas del paso del tiempo y nos creamos un inmenso remanso de paz espiritual, que nos permite estar ahora más y más tranquilos. No sabíamos bien lo que suponía estar sin ella. Ahora lo sabemos en carne propia. Nos hace pensar que desde siempre deberíamos estar más preparados para soportar esta inevitable naturaleza. Desde el comienzo de los tiempos sabemos que vamos a morir y no somos tan conscientes de esto. Nos ocultamos a nuestros designios y pagamos el alto precio ante la sorpresa. Ya sabemos que Evelyn se murió y nos aliviamos al saber que son los designios, nos consolamos con los buenos recuerdos y con llevarla en el alma.
Tan bonito que es estar acompañado con la mamá.
El recuerdo no muere, las vivencias quedan acomodadas en un rincón del alma,el cariño se sigue sintiendo y el dolor es el único que se ha marchado.
Como quisiera que fuera cierto que el dolor se va, talvez se mitiga, pero aún sigue
Ya parenla, es muy exagerado tantas evocaciones.Superenlo.
Que bueno que ya no está por estos lados, es mucho lo que se ha ahorrado de pesares.Dios se la llevó a tiempo y le permitió alejarse de mil y una cosa.
La noche beso al dia que se desvanecia con un suspiro.Yo soy la muerte,tu madre,de mi obtendras un nuevo nacimiento.
Claro está que nunca lo superaremos. La Mamá de uno, no se muere sino una vez. Siempre la recordaremos. Gracias a la evocación la mantenemos viva. Es la manera que tenemos de vivir con su memoria. Gracias a todos.
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