La memoria hace parte
de nuestra sangre, de nuestra vida.
No es fácil olvidar,
ni queremos.
La presencia imborrable
de nuestra querida Evelyn, hace mella en cada uno de nosotros y aun hoy la recordamos y la queremos con mucho cariño. A veces puede sonar un poco loco, que después de
siete años de fallecida mantengamos este
sentimiento tan vivo y tan actual. Pero
es inevitable. Este diciembre nos recuerda otra vez, con más fuerza, el día 23
de hace siete años. Lindo funeral. Parecía imposible poder vivir sin ella. Claro el tiempo corre a nuestro favor pues
entre más tiempo pasa, creemos superado más rápido nuestro dolor. Pero no es así.
La memoria hace parte de nuestra sangre,
de nuestra vida.
No es fácil olvidar,
ni queremos hacerlo.